jueves, 26 de octubre de 2017

Análisis sobre el periodismo: pasado y presente

La prensa nació casi con el descubrimiento de América y ahora está presente en casi todo el mundo, plasmando en sus páginas a lo largo del tiempo la historia de la humanidad y comunicándola a la gente. Debido a esto, hoy es el medio de comunicación social más popular del mundo en cuanto a información.
Gabriel García Márquez, en noviembre de 1994, dijo una frase sobre la pobreza que agobiaba al periodismo latinoamericano: “Cuando empecé este oficio tuve grandes maestros que no me perdonaban ni un adjetivo fuera de lugar. Los jóvenes de ahora escriben a la buena de Dios. Nadie tiene tiempo para enseñarles”. Por más que lo haya dicho hace más de 20 años podemos sentirnos bastante identificado con esto ya que, en la actualidad, se opta más por querer dar una primicia antes que otros medios y se dejan de lado principios básicos como la ortografía, algo esencial en el periodismo.
Hace 50 años este oficio se veía muy diferente a como se observa hoy. Se trataba de una profesión de alto respeto y dignidad, que jugaba un papel intelectual y político. La ejercía un grupo reducido de personas que obtenían el reconocimiento de sus sociedades. Un periodista era una persona de importancia, admirada, pero eso cambió en los últimos 20 años. El reportero de hoy en día es una persona anónima. Nadie lo conoce o sabe quién es.
Como consecuencia, en esta profesión se perdió algo tan central como el orgullo de lo personal. Ese orgullo implicaba también la responsabilidad del reportero por su trabajo: el/la periodista que pone su nombre en un texto se siente responsable de lo que escribió. En cambio, en la televisión o en las grandes cadenas multimedia, esa responsabilidad personal ya no existe sin importar de la forma en que crees la noticia.
Los jóvenes periodistas que hoy nos desempeñamos en el pequeño territorio de la prensa escrita trabajaremos en una civilización donde nuestra tarea importará cada día más por dos razones: la primera, porque es una profesión a través de la cual se puede manipular a la opinión pública; la segunda, porque el funcionamiento de los medios construyen un mundo virtual que reemplaza al mundo real.
Hoy, con el desarrollo de los medios, vivimos en un mundo donde la historia se ha vuelto doble, donde conviven dos historias simultáneas: la que vivimos de manera personal y la que nos inculcan los medios a través de la televisión, radio, diarios, etc. El gran problema se presenta cuando, con el tiempo, esta acumulación de construcciones de los medios nos hace vivir cada vez menos en la historia real y cada vez más la ficticia.
Con la revolución digital han surgido tres tipos de periodismo: el periodismo tradicional, el periodismo participativo y el periodismo ciudadano, que es usado por los medios tradicionales que solicitan compartir éstas noticias que ocurren en su entorno con informes de audio, fotos o vídeos.
La revolución de los medios ha planteado el problema fundamental de cómo entender el universo. La gente común conoce la historia del mundo a través de los grandes medios. La televisión, una nueva fuente para comprender la historia, elabora y relata versiones erróneas que se imponen sin ser chequeadas con fuentes auténticas o documentos originales.

 “Tenemos que entender que el periodismo se trata de una obra colectiva en la que participan las personas de quienes obtuvimos informaciones u opiniones con las que realizaremos nuestro trabajo. Un periodista debe tener cualidades propias pero su tarea va a depender de los otros: aquel que no sabe compartir, difícilmente pueda dedicarse a esta profesión ya que sin los otros no podemos hacer nada. Sin la ayuda, la participación, la opinión y el pensamiento de los demás, no existimos”. (Ryszard Kapuściński)

Conviene tener presente que trabajamos con la materia más delicada de todo lo existente: la gente. Con nuestras palabras, con lo que escribimos sobre ellos, podemos destruirles la vida. Nuestra profesión nos lleva por un día, o por algunas horas, a un lugar que después de trabajar dejamos. Seguramente nosotros nunca regresaremos allí, pero la gente que nos ayudó se quedará y leerá lo que escribimos sobre ellos.
Junto a esa sensibilidad es valioso mantener una actitud humilde sobre lo que hacemos porque en esta profesión la experiencia no se acumula. En cada artículo, cada crónica, cada entrevista, siempre empezamos de nuevo, desde cero. Siempre estaremos al principio, nunca podremos estar contentos o satisfechos con nosotros mismos.
El periodista es un cazador furtivo en todas las ramas de las ciencias humanas. Todos ven como redactamos, es decir, como estudiamos, reflexionamos o investigamos. El lector confía en que allí va a encontrar respuestas a sus preguntas. Si no las haya, dejará de creer en el periódico o en el periodista.
El texto escrito no tiene el mismo valor ahora que en los tiempos de antes, eso es indudable. Por eso, varios escritores y periodistas tratan de salvar sus escritos publicando libros, un soporte que da a los textos la posibilidad de evitar que desaparezcan con el tiempo. Nuestro oficio comenzó a cambiar como consecuencia de la revolución tecnológica que permitió transmitir la noticia de manera fácil e inmediata. Las redes hicieron posible que las éstas viajaran rápidamente y sin problema de un lugar a otro en una transformación radical.
Hoy, miles de personas coleccionan y hacen circular informaciones, también se han multiplicado las escuelas/facultades de periodismo. Sin embargo, este oficio ha dejado de ser una misión y muchas de las personas que trabajan en los medios lo consideran una ocupación como cualquier otra, que bien pueden abandonar para ingresar a una agencia de publicidad.
Otro de los problemas que aquejan a los periodistas de hoy, es que se le da muy poco tiempo para juntar información y así escribir una crónica o noticia. No se lo puede mandar al lugar de los hechos sólo un día y que logre una visión real de las cosas. A veces los lectores se preguntan: “¿Qué dice este tipo? ¿Cómo pudo escribir algo así?” Pero no hay formas de explicarles que la responsabilidad no debe caer en el comunicador, sino en las condiciones en las que debió hacer su trabajo. Además, el periodista que recién está haciendo sus primeros pasos en un medio, no puede elegir a donde ir o sobre qué quiere escribir.
Nunca sentiremos que aquello que escribimos fue exactamente lo que queríamos decir. Siempre habrá un margen de decepción. Por ejemplo, para el escritor todo libro es una derrota porque él sabe muy bien que lo que dicen sus páginas no es exactamente todo lo que pensaba expresar, pero los lectores, sin saber esto, pensarán que es una obra magnífica.
Cada vez que nos proponemos redactar sobre un tema, debemos preguntarnos qué tiene de universal, si posee alguna metáfora, algún símbolo o signo que nos permita pasar de lo pequeño a lo grande. Debemos hacer una buena reflexión porque sólo si encontramos este vínculo, nuestro texto tendrá peso y valor.
“¿Cómo que no es cierto? ¡Si lo vi en la televisión!” se dice muchas veces. Ver y saber entender son elementos básicos en la manipulación de la gente que la TV sabe aprovechar muy bien. Por ejemplo, en la dictadura funcionaba la censura. En la actualidad, que estamos en democracia, resulta más adecuada la manipulación.

“La gente confunde el mundo generado por las sensaciones con el mundo creado por el pensamiento, y cree que ver es lo mismo que entender”. (Rudolf Arnheim)

Este medio de comunicación informa con imágenes rápidas y cortas fuera de contexto y, en los seres pensantes, despierta el interés de saber qué es lo que están viendo. Esta curiosidad crea un puente entre la televisión y la prensa escrita, haciendo que la persona compre el diario al día siguiente para encontrar explicaciones de lo que vio en la pantalla ya que puede releer el texto y reflexionar sobre lo sucedido. Para eso, los periodistas debemos ser cien veces más sabios que los hombres/mujeres que compran el diario para que lo entiendan mejor, aunque cada uno tiene su propia manera de entender, reflexionar y de redactar.
A veces los periodistas le exigimos a la televisión cosas que la gente común le pide: esperamos que ésta nos enseñe, que nos muestre el mundo. Pero a otras personas la televisión les sirve para ir a un bar cerca de su casa y tomar una cerveza con los amigos mientras ven el partido de futbol.

La noticia se convirtió en un negocio y esto se debe a la llegada del gran capital a los medios de comunicación. En el mundo contemporáneo, tener medios de comunicación significa tener poder. Hoy, al cronista que llega de hacer una cobertura, su jefe no le pregunta si la noticia que trae es verdadera, sino si es interesante y se puede vender. Éste es el cambio más profundo en el mundo de los medios: el reemplazo de una ética por otra.

sábado, 21 de octubre de 2017

Relato de un viaje en familia

El momento había llegado. Yo, ansioso como siempre, esperaba saber en que fecha iba a volver a jugar Rosario Central para viajar y poder verlo nuevamente aprovechando el partido por Copa Argentina donde pueden ir las dos hinchadas, no como lo es en el torneo local. Algo insólito y un poco ilógico, pero así es nuestro país. En esta ocasión, me tocaba seguir al equipo pero no como hincha, sino como periodista, una de mis otras pasiones. 
Desde que se conoció la fecha del encuentro, traté de convencer a mi viejo de que vayamos en el auto con varios amigos más ya que él tiene mucha confianza con ellos. Además, quería hacerlo despejar de varias situaciones complicadas que vivió en el último tiempo. Pero como siempre, sabía que convencerlo iba a ser difícil. Yo tenía que ir si o sí por trabajo, él no tenía la obligación pero presentía que quería ir. El principal problema es que en los últimos años, Central disputó tres finales y perdió todas. Mi viejo estuvo presente en dos. A partir de ahí, no quiso saber más nada con viajar. Se sentía desilusionado, al igual que yo. 
Estuve casi 10 días tratando de convencerlo para que vayamos. El partido se disputó un domingo a las tres de la tarde, no podía meter excusas de que tenía que trabajar. Eso me ayudó. Convenció a un amigo suyo para viajar pero dos días antes le dijo que no tenía ganas de ir. Ahí pensé que se derrumbaba todo el esfuerzo hecho pero se me ocurrió preguntarle al hermano menor de él, igual de fanático, para ver si quería ir. Le expliqué la situación y sin miramientos me dijo que sí. Todo sea por su hermano. 
Volví a hablar con mi viejo, lo atrapé nuevamente y, antes de que vuelva a cambiar de opinión, fui a sacarle la entrada así no tenía escapatoria junto con la de mi tío y mi primo de tan sólo siete años. No le gustó mucho esa actitud, me lo hizo saber, pero yo sabía que cuando estemos en Buenos Aires, en la cancha junto a su equipo, se le iba a pasar.
El domingo del partido llegó, puse la alarma a las 9 y ya tenía llamadas de él esperándome en la puerta de casa para ir a buscar al resto. La travesía y aventura de conocer un cancha nueva había empezado y a él ya le empezaba a gustar. El viaje fue muy tranquilo y antes de que llegue la 1 de la tarde ya habíamos llegado. A los pocos minutos se largó una tormenta eléctrica preocupante con mucha lluvia que hacía poner en riesgo el partido. Eso ya lo empezaba a poner de mal humor, pero la suerte nos acompaño y el juego se disputó.
Conseguí una credencial de periodista medio rara, tenía que cubrir el partido desde la tribuna y después bajar a hacer entrevistas, pero estaba mirando el partido al lado de mi viejo y era lo más importante. Como en cada partido de nuestro equipo, el nerviosismo se empezaba a hacer protagonista de todos y él empezó a fumar. Cuando lo hace es porque las cosas no marchan tranquilas. Además, el frío y la llovizna ligera también se hacían presente en la tarde, más parecida a noche, de La Paternal.
Con confianza, sabía que los jugadores iban a sacar el partido adelante. Lo lograron y, como si fuera poco, convirtieron dos goles, situaciones que hicieron que me funda en un abrazo emocionante con mi viejo en cada uno de ellos, cosa que hacía mucho no pasaba en una cancha del deporte que nos apasiona. El árbitro marcó el final del partido y el abrazo volvió a aparecer, esta vez entre los cuatro. La alegría se apoderaba de todos y sentía que ese sentimiento se notaba más en mi que en los demás, porque veía que el estaba contento después de mucho tiempo junto con su hijo al lado de su equipo. 
Bajé a la zona mixta, hice las entrevistas y me encontré con mi familia en el lugar acordado fuera del estadio. La sonrisa todavía se distinguía en la cara de mi papá y empezó a recordar algunas jugadas, no sin antes preguntarme como me había ido a mi. 
Llegaba la hora de la vuelta y había un poco de embotellamiento pero poco importaba debido al resultado. Con música de fondo y hablando casi tres horas y media, llegamos a Rosario. Fuimos a buscar nuestro auto a la casa de mi tío (viajamos con el coche de él) y me llevó hasta casa. Lo saludé, agarré mi bolso y antes de bajarme me dice: "Gracias por invitarme, ojalá se repita". Lo abracé nuevamente y entré a mi casa. Como él dijo, ojalá se repita y no falten nuevas oportunidades.

Una Tortuga que saltó rápido a la fama

Todo chico cuando empieza a practicar algún deporte de manera amateur sueña con ser el mejor de todos en ese deporte como profesional, o al menos ser el mejor en su puesto a nivel nacional. El caso de Gabriel Deck no fue la excepción ya que desde muy chico, a los 8 años, ya empezaba a destacarse por sobre el resto de sus compañeros, ya sea por sus primeros destellos con la naranja o también por su altura. “Tortuga”, como lo conocen sus allegados y compañeros de equipo, integró el seleccionado nacional U17 en el Mundial de Lituania en 2012 y fue el goleador de la máxima competencia que tiene la categoría. Actualmente se encuentra jugando en San Lorenzo, equipo que pertenece a la Conferencia Norte de la Liga Nacional, máximo torneo en nuestro país.
En sus comienzos empezó a desempeñarse como ala-pivot, pero con el correr de los años fue mejorando su tiro corto y ahora puede jugar también como alero. Su progreso se vio con el correr de las temporadas, ya que comenzó siendo sparring de la selección mayor y hoy, a sus 22 años, es uno de los jugadores más destacados de Argentina que buscará el pasaje al Mundial de China 2019 en el corriente mes. De igual manera, pese a los numerosos logros, Deck sigue siendo ese chico que jugaba con su hermano Joaquín y sus otros amigos en el club Bartolomé Mitre de Colonia Dora, su pueblo natal con alrededor de 6.000 habitantes.
"Cuando cumplí 11 años mi papá me llevó a un club de fútbol pero yo no quería saber nada porque ya me había empezado a gustar el basquet", contó Tortuga en el comienzo de la entrevista, y agregó que por suerte su familia pudo aceptar su deseo y hacer lo que más le gusta.
El elegido "Mejor Jugador de la Liga" cuenta que su llegaba a Santiago del Estero (capital, a 160Km de Colonia Dora) fue difícil porque le costó mucho dejar a su familia y a sus amigos, pero con la ayuda de su hermano y los nuevos compañeros y dirigentes del club, pudo adaptarse rápido a su nueva etapa de vida. Ahora, ya radicado en Buenos Aires, la lejanía es aún mayor. Siempre que menciona o se acuerda de su lugar se emociona y cuenta que "cada vez que tengo días libre viajo para allá a visitar a mis amigos y familia porque ellos no pueden".
Haciendo un repaso general de su carrera, el santiagueño cuenta que todo lo que vivió hasta el momento llegó todo muy rápido, ya que en cinco años de llegar a ser profesional ya ganó varios títulos, tuvo muchas menciones y premios individuales y hoy es uno de los nuevos referentes de la selección en lo que es la nueva camada del básquet nacional.
Como si eso fuera poco, a principio de año Deck empezó a ser nombrado en la NBA que es la liga más importante del mundo, ya sea por el show como por la cantidad de figuras que la disputan. En base a esto, el jugador expresó que dichos rumores se los tomó "con mucha calma" y que va a seguir trabajando de la mejor forma para llegar a lo más alto y "jugar con las estrellas".
"Mis próximos objetivos son poder lograr algo con la selección mayor y poder jugar en otras ligas", expresó el alero. Y agregó: "Estoy cómodo en San Lorenzo pero uno siempre quiere mejorar en lo que hace y adquirir nuevas experiencias".
Luego de una larga entrevista, me tomé el atrevimiento de preguntarle cual era su futuro en el basquet, donde se veía, algo que lo expliqué antes pero no tiene que ver con el deporte. Me sorprendió al decir que su mayor objetivo era "ser buena persona" y el mejor compañero que puede tener un equipo". "El básquet es algo que se va a ir pero los amigos quedan para siempre" cuenta el Tortuga y confesó que "me gusta que la gente me vea por la calle y quiera saludarme o sacarse fotos conmigo".
Llegando al final de la entrevista, Gabriel confesó que haber jugado con Emanuel Ginobili, Carlos Delfino, Andrés Nocioni y Luis Scola "es un sueño" y que le gustaría lograr lo que hicieron ellos. También dijo que eso se logra a base de una buena alimentación, brindarse al máximo y de cuidarse. y que, si respetas eso, le recompensa pensada llega tarde o temprano.
La enseñanza que me deja esta entrevista es el nivel de profesionalismo que tienen los deportistas, o la mayoría de ellos, que intentan cada día mejorarse así mismos, dejar cosas o afectos de lado para llegar a algo o ser alguien, encontrarte con eso que más querés por más golpes que recibas. Y este caso no fue la excepción. De tener muy poco, a ser una de las figuras de nuestro básquet. A Gabriel Deck le dicen Tortuga, sí, pero su crecimiento en el deporte avanza muy rápido.

Compartiendo pasiones

Como bien lo refleja el título, el libro elegido es sobre un autor al que empecé a leer en base a que ambos tenemos los mismos sentimientos. A decir verdad, no soy de leer mucho pero cada vez que puedo o me cuenta algún amigo, familiar o conocido que tiene un cuento, chiste o algo de Roberto Fontanarrosa, mis ganas de leerlo me sobrepasan y me pongo ansioso hasta el momento que tengo el escrito en mis manos para leerlo y sentirme identificado.
Sus historias me llegan y me siento parte de ellas, de casi todas, pero esta vez como lo refleja la actividad voy a elegir uno solo y va a ser "Puro fútbol" publicado en el 2000 cuando el "Negro" estaba en pleno auge. El libro es un recuento de todos sus textos escritos anteriormente, basándose siempre en un tema en común clave para él: el fútbol. La forma de ver las cosas y de la manera de cómo cuenta la historia ficticia, o no tanto, hace que parece que todo lo contado fuera cierto y creas que vos sos el protagonista del relato. 
Al momento de decir que siento identificado es porque, como lo marca en fragmentos del libro elegido, es capaz de quedarse encerrado viendo un partido de fútbol del más alto nivel o uno al que no le importa nadie. Yo soy así porque amo el deporte, me apasiona, me completa, me gusta jugarlo y me llena de alegría. Otras pasiones compartidas con Fontanarrosa es la escritura, la forma más pura de describir nuestras sensaciones, ya sea de forma manual o sentado frente a una computadora como yo en este momento. Pero la coincidencia más grande que encontré en él y por el cual fue el principal motivo que lo empecé a leer y seguir fue por ser hincha de Rosario Central. Parece una estupidez relacionarse con un escritor de tanto reconocimiento a nivel nacional por un sentimiento relacionado al deporte, pero gracias a eso yo leí mi primer libro y abrió mi mente para ayudarme a elegir esta hermosa carrera que permite expresar lo que sos, o lo que queres llegar a ser tan sólo a base de palabras o sentimientos encontrados/compartidos.

viernes, 20 de octubre de 2017

Fin de una época

Voy a salir un poco de los temas sociales conocidos día a día por diferentes medios de comunicación ya que me apena que estemos pasando por situaciones tan negativas y dolorosas en nuestro país. No es que no me importe, pero cada vez que observo alguna noticia como esas me abruma de sólo pensar que por un celular o alguna prenda de ropa podes perder la vida en un segundo pudiéndole pasar a un familiar, a un amigo, a un compañero, a mi mismo o simplemente a un desconocido. El tema elegido puede ser visto como un problema social, pero al haber tantas personas a las que no le interese el deporte, más específicamente el fútbol, yo no lo catalogo de esa manera.
Desde que tuvimos el cambio en la Presidencia de la Nación (tampoco quiero meterme en temas políticos debido a mi escaso conocimiento) se preveía que lo que era gratis, en este caso el Fútbol Para Todos, se iba a terminar. Todos los amantes de dicho deporte, incluido yo, no le dimos demasiada importancia ya que era raro y medio ilógico que este sistema para poder visualizar todos los partidos de nuestro torneo sea quitado. Antes de las elecciones, Mauricio Macri había ratificado la continuidad del Fútbol Para Todos si era elegido como máximo mandatario, pero cuando asumió y llegó a la Casa Rosada, decidió romper el contrato con la Asociación del Fútbol Argentino y dejar el camino libre para que se llegue a un acuerdo con alguna de las empresas interesadas en adquirir este servicio.
La abogada Graciana Peñafort, una de las principales defensoras de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (N° 26.522) expresó: "La transmisión paga del fútbol es ilegal y al aceptar esta medida se está violando una normativa". Además agregó que el Artículo 77 de dicha Ley establece que el Poder Ejecutivo Nacional debe "cumplir medidas necesarias" para garantizar los derechos exclusivos para la emisión de acontecimientos de interés general, como los deportivos, que no perjudique a los ciudadanos a seguir dichos eventos en directo y de forma gratuita en todo el país.
A comienzos de este año, ese rumor empezó a ser cada vez más fuerte y, aprovechando que el contrato actual se vencía a mitad de año, la idea de volver a privatizar el fútbol, como lo era hace 10 años atrás, ya pasaba a ser una prioridad más que una opción. Entre tantas idas y vueltas se llegó a un acuerdo y uno de los deportes más vistos en Argentina, si no es el mayor, volvía a ser pago para la bronca y el estallido de muchos sectores sociales que podían ver la mitad de los partidos sin siquiera tener un servicio de cable por contrato. Es que no sólo te aumentan el precio del servicio que muchos ya tienen adquirido desde hace tiempo, si no que tenes que abonar un monto aparte para agarrar la nueva señal por medio del decodificador que te brinda la empresa haciendo aún todo más tedioso.
Otro de los temas que se dio a conocer en las últimas horas sobre la privatización de este deporte es que ya no se podrán subir más los goles a medios digitales, ya sean páginas oficiales del club, cuentas personales, cuentas o páginas deportivas o lo que sea, ya que desde ahora la nueva productora del fútbol iniciará acciones legales y podría hasta hacer cerrar los sitios que hagan ésto, debiendo esperar hasta altas horas de la noche para poder ver los goles de todos los encuentros. Esto es algo similar a como pasaba anteriormente, donde Torneos y Competencias tenía su programa deportivo donde pasaba todos los partidos con sus respectivos goles y jugadas, para que luego sean pasados por todos los canales.
No hay que dejar de observar lo que pasa del otro lado y quienes serían los más beneficiados de este asunto. Uno de ellos, sin dudas, serán los bares, que ven con muy buenos ojos habilitar sus espacios para empezar a pasar partidos y que la gente que no pueda abonar el nuevo servicio se siente en una mesa y, con una consumición de por medio, mire a su equipo. "Si no ponemos el fútbol, el cliente que quiera entrar al café se va a ir a otro lado. Además, sería lindo revivir el clima del clásico que había y como se vivía antes en los bares", me comentó un conocido justamente dueño de un local céntrico.
Esta modalidad, aunque muchos lo vean como solución porque el gobierno deja de gastar plata en el fútbol, fue más visto como un problema ya que mucha gente a lo largo de todo el país vive al día y no puede darse el gusto de despilfarrar unos cuantos pesos más para poder seguir viendo algo que lo apasiona. No se cuanto durará esta medida, lo que si espero es que con el correr del tiempo me haga cambiar de opinión, de pensamiento y sea algo beneficioso para los amantes del deporte más importante y movilizador de nuestro país.

Pienso, reflexiono y luego escribo

El oficio de escribir se basa en torno a nuestras experiencias personales vividas, sin las cuales no tendría sentido nada de lo que escribimos, pero no solo experiencias de lo cotidiano, sino también experiencias de todo tipo, como por ejemplo culturales, ideológicas, incluso las traumáticas, que algunos tratan como menos importantes pero que verdaderamente no lo son. Literalmente, salimos de nosotros mismos para compartir esas experiencias. No es solo inspiración.
Escribir es una forma de vida y estilo de vida increíble, en la que se pueden expresar miles de sentimientos encontrados en un sólo texto y, únicamente, los que comparten tu pasión o profesión entenderán de que se trata, aunque la idea de un escritor es tratar de llegar, aunque sea complejo, al público en general. Dicha profesión es apasionante y, en mi opinión, la más pura del periodismo ya que te permite expresarte libremente sin nadie que te lo impida o te lo censure ya que estaría cometiendo algún delito. Te permite expresar, aconsejar, convencer, informar, crear, liberar, llegar hasta los sentimientos más profundos, intentar trascender, narrar situaciones diarias o inculcarte alguna idea o pensamiento. Eso y muchas cosas más. Hay gente a la que le cuesta hablar y expresarse en público, pero también está la que al ponerle una hoja en blanco delante suyo puede estar horas escribiendo sobre una situación que ha vivido perdiendo esa vergüenza o timidez frente a las personas resguardándose en una lapicera o en un teclado.
Muchas veces, la información por escrito no es vista con la responsabilidad o respeto que se merece y esa es una de las manchas más significativas que tiene la profesión de periodista, ya que por intentar dar la primicia de una noticia o hecho importante, se dice cualquier barbaridad por no consultar con las fuentes informativas necesarias o esperar algunos minutos más para interiorizarse sobre lo ocurrido y darle, al lector, una buena nota con los datos justos para ganar credibilidad tanto en lo personal como para el medio/empresa que trabaja. 
Algo parecido ocurre también con la redes sociales con el tema de querer informar un hecho inmediatamente sucedido en una plataforma donde las caracteres son limitados y, por querer resumir, poner cosas erróneas y, dicho sea de paso, hicieron que se le deje de dar importancia a los diarios manuales, de papel, para empezar a ver la actualidad vía Internet.
El escritor cada vez que se sienta a redactar siente una adrenalina especial (como yo ahora) por querer contar todas sus sensaciones, expresiones, enseñanzas que le dejó la vida, conocimientos como así también servir como un relato de auto ayuda, siendo este su mismo psicólogo dando a conocer sus malos momentos.
La pasión por la escritura relegará a la famosa y desagradable expresión de “duro” a un rincón del olvido, si efectivamente logramos que nuestra pasión y nuestro entusiasmo sea propagado e incluso sentido por los demás, que agradecerán siempre que alguien les ponga frente al espejo con algunas siempre palabras vistas en una hoja o alguna plataforma digital. El arte de escribir es reflejarnos en los otros y hacer que los otros se miren a sí mismos como lo harían si nada les condicionase.

Análisis sobre el periodismo: pasado y presente

La prensa nació casi con el descubrimiento de América y ahora está presente en casi todo el mundo, plasmando en sus páginas a lo largo del...