viernes, 20 de octubre de 2017

Pienso, reflexiono y luego escribo

El oficio de escribir se basa en torno a nuestras experiencias personales vividas, sin las cuales no tendría sentido nada de lo que escribimos, pero no solo experiencias de lo cotidiano, sino también experiencias de todo tipo, como por ejemplo culturales, ideológicas, incluso las traumáticas, que algunos tratan como menos importantes pero que verdaderamente no lo son. Literalmente, salimos de nosotros mismos para compartir esas experiencias. No es solo inspiración.
Escribir es una forma de vida y estilo de vida increíble, en la que se pueden expresar miles de sentimientos encontrados en un sólo texto y, únicamente, los que comparten tu pasión o profesión entenderán de que se trata, aunque la idea de un escritor es tratar de llegar, aunque sea complejo, al público en general. Dicha profesión es apasionante y, en mi opinión, la más pura del periodismo ya que te permite expresarte libremente sin nadie que te lo impida o te lo censure ya que estaría cometiendo algún delito. Te permite expresar, aconsejar, convencer, informar, crear, liberar, llegar hasta los sentimientos más profundos, intentar trascender, narrar situaciones diarias o inculcarte alguna idea o pensamiento. Eso y muchas cosas más. Hay gente a la que le cuesta hablar y expresarse en público, pero también está la que al ponerle una hoja en blanco delante suyo puede estar horas escribiendo sobre una situación que ha vivido perdiendo esa vergüenza o timidez frente a las personas resguardándose en una lapicera o en un teclado.
Muchas veces, la información por escrito no es vista con la responsabilidad o respeto que se merece y esa es una de las manchas más significativas que tiene la profesión de periodista, ya que por intentar dar la primicia de una noticia o hecho importante, se dice cualquier barbaridad por no consultar con las fuentes informativas necesarias o esperar algunos minutos más para interiorizarse sobre lo ocurrido y darle, al lector, una buena nota con los datos justos para ganar credibilidad tanto en lo personal como para el medio/empresa que trabaja. 
Algo parecido ocurre también con la redes sociales con el tema de querer informar un hecho inmediatamente sucedido en una plataforma donde las caracteres son limitados y, por querer resumir, poner cosas erróneas y, dicho sea de paso, hicieron que se le deje de dar importancia a los diarios manuales, de papel, para empezar a ver la actualidad vía Internet.
El escritor cada vez que se sienta a redactar siente una adrenalina especial (como yo ahora) por querer contar todas sus sensaciones, expresiones, enseñanzas que le dejó la vida, conocimientos como así también servir como un relato de auto ayuda, siendo este su mismo psicólogo dando a conocer sus malos momentos.
La pasión por la escritura relegará a la famosa y desagradable expresión de “duro” a un rincón del olvido, si efectivamente logramos que nuestra pasión y nuestro entusiasmo sea propagado e incluso sentido por los demás, que agradecerán siempre que alguien les ponga frente al espejo con algunas siempre palabras vistas en una hoja o alguna plataforma digital. El arte de escribir es reflejarnos en los otros y hacer que los otros se miren a sí mismos como lo harían si nada les condicionase.

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